Después de mi encuentro personal con Jesús cuando era una adolescente, solo había un deseo en mi corazón, ayudar de la forma que fuese a que otros experimentaran el inmenso amor que Dios sentía por ellos.
Y fue así como me apunte al ministerio de Danza de la Parroquia a la que asistía, cerca de mi casa, (Santísimo Salvador San Cristóbal – Estado Táchira – Venezuela), porque sentía inclinaciones de adorar al Señor con todos mis movimientos al ritmo de la música. Solicite la entrada y me admitieron. Empecé a asistir a las reuniones semanales de oración y organización, así como a los ensayos para servir y ser canales de oración en las celebraciones litúrgicas, actividades parroquiales, retiros, adoraciones, encuentros juveniles, etc.
Permanecí en ese ministerio durante años; a la par mi relación con el Señor se hacía más fuerte y estable aumentando así mis deseos de orar y de pasar rato con Él; me gustaba cantarle al Señor y fue así como le pedí a mis hermanos de sangre (Renzo y Jesús) que me enseñarán a tocar guitarra para poderle cantar y tocar esas canciones que iba aprendiendo y que me ayudaban a conectar rápidamente con Él.
A lo largo de este caminar fui comprendiendo que la música me ayudaba mucho a rezar y era un canal a través del cual escuchaba muy a menudo la voz del Señor hablándome y que al mismo tiempo me ayudaba a responderle en otras ocasiones.
«Hola soy maraia sa asdasd sadasd adas dsadaa dadasdl»
Mariana Valongo
Durante esos años también comencé a ir a la Eucaristía diaria al salir de las diferentes reuniones de danza, ensayos y liturgia, que teníamos en la parroquia y en muchos momentos no había quien cantará en las celebraciones y fue así como comencé junto a dos amigos músicos a cantar en las eucaristías diarias y recibir el feed back de la gente que me decía que mi servicio en la música les ayudaba. Entonces comprendí que si a los hermanos les ayudaba y a mí también, el Señor me había dotado de un nuevo Don para poner a su servicio.

Aunque continúe sirviendo en ambos ministerios a la par, finalmente la música fue ganando terreno y me fui dedicando por completo a este servicio.
Después de varios años, el Espíritu Santo me fue inspirando canciones y fue así, por su gracia, que me ha ido dando la fuerza y la perseverancia para corresponder a este Don recibido y ayudar a los hermanos a través de este ministerio.
Creo que una de las claves para discernir el llamado del Señor a servirle en un ministerio en concreto, no está solo en que a nosotros nos guste o no, sino también: en sí a los hermanos les ayuda.
Espero pueda servirte de ayuda mi experiencia ;). Dios te Bendiga.